segunda-feira, 14 de dezembro de 2009

Antes de que sea martes

Antes de que sea otra vez martes y las palabras se nos coagulen en la boca y los oídos. He estado callada porque me he enredado en un libro de esos que tienen la fuerza del mar. Que tiran para adentro: “Espejo roto”, de Mercé Rodoreda. He llegado a él a través de Rosa Montero, a quien a su vez me ha llevado Ana Abelenda, y he ido cayendo de párrafo en párrafo… salvando casualidades, envidias y dulzuras.
También me he callado porque he tenido un extraño fin de semana. Hemos experimentado por primera vez la delicia decadente y saudosa de un balneario. Esa piel tranquila que irradia paz para el espíritu. Ese calor privilegiado, ese caminar despacio, como un sueño, como una jirafa. Nos reímos de nosotros mismos. “Peeling de chocolate”… mi madre había inventado el peeling con azúcar, limón y aceite de oliva, sin tantas palabras ni tanto inglés, hace muchos, muchos años. Recuerdo que lo hacía siempre después de pelar patatas. En la palma de la mano, haciendo una pocita, depositaba el azúcar, después un chorrito de aceite y por último el perfume de medio limón. Y las dos nos frotábamos las manos sobre el fregadero… sonriendo con las cosquillas de aquella aspereza y asombrándonos cada vez de la estrenada suavidad de nuestros dedos.
Por la noche hablé con un amigo, con el que hablo a menudo, pero que trajo una marea de pasado enredado en las palabras. Como un juego de espejos, precisamente espejos, en que brillasen miradas y perfiles vagos.
El lunes se me ha caído encima como un mal despertar, pero ya ha pasado.
Tengo que contar algo sobre la racionalidad de Nicolás, pero será mañana. Ahora es justamente antes de que sea martes.
Buenas noches.

2 comentários:

  1. Me alegro de que ese principio de lunes haya pasado y habrá que darle un vistazo a ese libro que tan entretenida te ha tenido!!
    besos

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  2. Te lo pasaré. Creo que te va a gustar. Habla del tiempo... en realidad. El gran tema...

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