quinta-feira, 23 de fevereiro de 2012

Carnaval

En la televisión ponen una película que quiere atraparme y me emociona a poquitos: Adivina quién viene esta noche. Aparece entonces Catwoman probándose camisetas y zapatos de vértigo, por favor, mamá, cóseme esta mácara con orejas que no me va a dar tiempo. Llaman a la puerta, es la vecina que quiere un periódico para ver a dónde llevará a los niños esta tarde. Se lo lleva, pero le cuento que hay unas carpas con juegos para niños y merienda para todos muy cerca de allí. Sale llevándose la risa puesta y una cierta resignación. Katherine Hepburn tiene un brillo en los ojos que ya no recordaba y la tensa rigidez de Spencer Tracy me enternece. Nicolás pregunta si puede cambiar de canal y, como es que no, pide el ordenador para unos juegos. Catwoman mantiene el equilibrio casi dignamente mientras ensaya otra camiseta menos arriesgada y llaman de nuevo a la puerta. Yo no puedo salir, porque estoy cosiendo unas orejas y ella, la gata, se avergüenza todavía de dar la cara sin cubrir, incluso a sus amigas. Sale Nicolás y confirma las peores sospechas: vienen a por ella. Diles que ya casi está, pero que pasen. Nicolás cierra la puerta y la vuelve a abrir: que dice mi madre que paséis que acaba enseguida. Cierra de nuevo la puerta. El padre de Sidney Poitier también está dolido, pero ellas, las madres, no dejan de comprender esa historia de amor e incluso el pánico que los distancia a ellos. Otra vez la puerta. La vecina del periódico ha decidido salir hacia las carpas con juegos y fiesta. Pero se sienta un ratito. Tal vez sepamos cómo construir un disfraz de pirata y sí lo sé: tengo dos disponibles que voy a buscar en un minuto. Las orejas están cosidas, la gata tímida se vuelve descarada y puede salir. Adiós. Vuelve pronto. Ahora voy a por el disfraz de pirata, uno de los dos tendrá que servir. Pero llaman a la puerta y es otra vecina que se acerca con un vaso y una risa que me enternece más que la trascendencia de Tracy: a que no sabes qué vengo a pedirte... es que me gustó tanto el Pedro Ximénez de ayer.. si me dejas un chupito para la sobremesa... Y nos reímos mientras sale con la botella y el vaso. Prometo ir en breve a degustar las filloas, pero ha dejado también un plato con buñuelos que huelen a canela. El disfraz de pirata además es reversible y si se cansa, puede ser un ratito peter pan. Hasta luego, ya me dirás. Suena el teléfono y una voz muy dulce me cuenta que ha ensayado una bica con manteca de vaca y que me pase después porque hay un trozo reservado. Vuelvo al sofá y la joven ya ha hecho las maletas para marchar esta noche. Spencer Tracy hace llorar a Katherine cuando habla sensatamente con sus hijos, a mí también. Primero el amor y después... Por qué llora, mamá? porque está diciendo cosas muy bellas, Nicolás... a mí también me emociona. Llora de emoción. Pero es igual, ya puedes ver los dibujos...
Y todo se queda en silencio unos segundos.

Um comentário:

  1. puffff respira, tranquila... ya está...fu fu fu... vuelve a respirar...fu fu fu... repitelo con tranquilidad...uf fu uf fu.... otra vez.... con calmiña...
    bssss

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